Page 779 - Hijos del dios binario - David B Gil
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acorralados y pronto el miedo comenzó a bloquear
sus pensamientos. La adrenalina les impelía a
seguir adelante a toda costa, sin desfallecer, pero
incapaces de buscar una alternativa a pesar de que
la batida parecía cerrarse cada vez más en torno a
ellos. Fue el murmullo de un arroyo lo que arrancó
a Nicholas de aquella inercia; fluía cerca y sus
aguas canturreaban en el aire frío de la noche, por
encima de sus pisadas.
—Sígueme —susurró a su compañero, y se
abrió camino en la oscuridad hacia la fuente de
aquel sonido.
Rondaron entre los árboles, con las luces
cerniéndose sobre ellos, pero Nicholas se negaba a
alejarse del lugar.
—¿Qué demonios estás haciendo? —le increpó
Eugene—. ¡Salgamos de aquí!
—Shhh. Está cerca.
Tiró de su amigo y descendieron por una
depresión cubierta de helechos y hojarasca, y al
final de la pendiente hallaron un lecho de rocas
mohosas sobre el que fluía el agua. Más abajo, el
caudal crecía.
—No te muevas —murmuró Nicholas.
—¿A dónde vas? —preguntó su amigo,
nervioso.
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