Page 783 - Hijos del dios binario - David B Gil
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del «Único pub de Ederney», según anunciaba la
tabla de madera colgada junto a la entrada.
—Preguntaremos si conocen a la periodista que
estuvo en St. Martha —dijo Nicholas—. Si esta es la
única población que hay cerca, es probable que
pasara por aquí.
—¿Y si no la conocen?
Nicholas dudó un instante.
—Se llamaba Filippa Rossi. Debe de haber
alguna manera de contactar con ella.
Cerraron sus abrigos hasta arriba para ocultar
el escudo del colegio en sus sudaderas y, no sin
cierto titubeo, entraron en el local. Sería la primera
vez que hablaban con gente «real», fuera del
entorno aislado en el que habían crecido.
En el interior se encontraron con varias mesas
apiñadas, ocupadas por una clientela de aspecto
tosco. Cinco hombres jugaban a las cartas en un
rincón, sumidos en un concentrado silencio que
solo rompían para gruñir alguna maldición. Junto a
ellos, sentada en un banco contra la pared, una
joven vestida con un grueso jersey de lana leía en
su móvil mientras bebía cerveza negra. Y desde el
otro lado de la barra, con el ceño fruncido, los
observaba un hombre de brazos corpulentos y
espeso bigote cano. Había apoyado sus enormes
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