Page 784 - Hijos del dios binario - David B Gil
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manos sobre la superficie de madera y parecía
intentar descifrar con la mirada aquel misterio que
había entrado por la puerta.
—¿Qué hacéis aquí, chicos? ¿Os habéis perdido
y habéis caído en un lodazal?
Los dos muchachos se miraron y cobraron
súbita conciencia de su miserable aspecto. Antes de
que pudieran contestar, el tabernero les indicó que
se sentaran en dos banquetas frente a él.
—April, ven aquí y mira lo que nos ha traído la
marea.
—¿De qué coño hablas? —exclamó una mujer,
y al instante un rostro rollizo y cubierto de pecas
asomó desde la trastienda. April quedó
súbitamente en silencio.
—Calienta algo de leche para los chavales, aquí
fuera no tengo nada para ellos —dijo el hombretón,
y dirigiéndose a los recién llegados, preguntó—:
¿De dónde venís?
Nicholas y Eugene se miraron, intimidados.
Habían planeado qué preguntar, pero no qué
responder.
—Venimos de carretera abajo —soltó Eugene
de improviso.
—Parece que no os hayan tratado muy bien en
«carretera abajo» —dijo el propietario del local,
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