Page 423 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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colaboran en asumir la formación de profesores para algunos de los nuevos espacios que exigen
               trabajo interdisciplinar o en equipos como las Tutorías, las horas de Apoyo, la Formación para la
               Ciudadanía y las cuestiones de Género y Sexualidad.
                      En la actualidad, algunos de estos cursos se han transformado y han sido incorporados al Ciclo
               Superior de los Planes de Estudio de las Carreras de Profesorado como Cursos Electivos de formación
               para  la  intervención,  por  ejemplo:  Taller  de  educación  no  formal,  Taller  de  Construcción  de
               Ciudadanía en la Escuela, Taller de Educación sexual integral y género en la formación docente.
                      Con el cambio de Planes, en 2013 se han introducido nuevos espacios curriculares como
               Cursos  Electivos  de  formación  específica:  Pedagogía  especial,  Pedagogía  social,  Pedagogías,
               identidades y diferencias, Culturas juveniles y Educación a distancia entre otros, cuyos contenidos y
               propuesta promueven la preocupación sobre la diversidad, las diferencias, y las tecnologías como
               algo necesario dentro de la formación docente, consideramos que es significativo seguir impulsando
               en y desde estos espacios el campo de la práctica.


               Conclusiones
                      Si bien en estos últimos años se ha asumido en la formación de profesores en la UNQ, es la
               incorporación  a  sus  planes  de  estudios  de  espacios  curriculares  que  trabajen  las  nuevas
               alfabetizaciones,  especialmente  la  tecnológica  y  la  audiovisual  o  mediática  tratando  de  que  los
               futuros  profesores descubran  el  alcance  de  las  TIC para vivificar  su  profesionalidad  sin  atender
               únicamente  al  uso  didáctico  de  las  mismas  en  las  aulas  sino  como  experiencias  propias  de
               aprendizajes, en sintonía con las formas de aprender de las generaciones que habitan las escuelas
               secundarias contemporáneas, las mallas curriculares de estas Carreras todavía presentan un formato
               que  responde  a  un  modelo  consecutivo  de  formación  (Terigi,  2009)  que,  siguiendo  la  tradición
               universitaria y la lógica deductivo-aplicativa, parte del cursado de un Diploma en Ciencias Sociales
               (común para las Licenciaturas y Profesorados) en el que se le brinda al estudiante una formación
               académica sobre los contenidos científicos que va a transmitir cuando sea profesor y tardíamente, en
               el  Ciclo  Superior,  aparece  la  formación  profesional  relacionada  a  la  construcción  de  los  saberes
               necesarios para la enseñanza en las aulas del secundario.
                      Al observar el formato de estos planes se pone de relieve el lugar que ocupan las prácticas de
               enseñanza en la formación de profesores ya que el espacio curricular destinado al aprendizaje de las
               herramientas y a la construcción de saberes necesarios para afrontar las vicisitudes de la enseñanza
               en el nivel aparece al final de la Carreras y no como eje vertebrador de las mismas. Adicionalmente,
               la duración de este único espacio de prácticas y residencia se revela insuficiente para consolidar el
               trabajo de análisis y reflexión sobre las decisiones y acciones de enseñanza cotidianas que realiza el
               profesor, una vez que los estudiantes han finalizado la formación inicial.
                      Las prácticas y residencias constituyen una instancia necesaria y movilizante en el campo de
               las subjetividades con respecto a entender a la inclusión en un marco de la educación como derecho.
               La tensión y los desafíos consistirán entonces en pensar qué es la educación secundaria de manera
               situada  y  atravesada  por  las  prácticas  que  se  despliegan  dentro  y  fuera  de  cada  institución.
               Reflexionar en torno a los estudiantes que habitan esas escuelas, sus conocimientos, sus deseos, sus
               motivaciones para poder formar profesores que puedan comprender las problemáticas, valorar y
               tomar decisiones, analizando lo que está en juego, quiénes son los sujetos pedagógicos implicados.
               Que  puedan  enseñar  enraizados  en  la  práctica,  para  poder  ir  más  allá  de  los  contenidos  las
               condiciones sociales y culturales en las que se inscriben las escuelas secundarias. Es importante que
               los  estudiantes  de  los  profesorados  reflexionen  y  elaboren  estrategias  para  incluir  desde  la
               enseñanza, que pueda pensar su lugar y su rol en relación a su trabajo, que vaya construyendo su
               identidad como docente en relación a sus condiciones laborales. De este modo, como institución será
               enriquecedor  pensar  desde  qué  lugar  se  los  acompaña  en  la  formación  con  respecto  a  estas


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