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gobierno y otros sectores sociales y, en última instancia, poner en entredicho el propio orden
político y constituir lo público como lugar de confrontación y disputa de intereses.
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Habitualmente se señalan tres fuentes que inspiraron la constitución de su cultura política:
la participación
el igualitarismo
la organización/dirección
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Esta construcción colectiva pone en un lugar central el componente educativo en los
movimientos sociales, no solamente por el hecho de que en sí mismo el proceso de lucha es un
proceso educativo, sino que además en este momento es extendido y abierto el reconocimiento que
expresan los movimientos sociales en demanda de acceso y derecho a una educación coherente con
sus necesidades.
En los movimientos sociales el lugar de la educación es primordial en tanto contribuye en su
proceso de organización, creciendo en los protagonistas el reconocimiento del saber propio y de la
capacidad de construcción colectiva de conocimiento, que lleva a la construcción de la ciudadanía
colectiva como producto de un proceso interno de recuperación y reflexión sobre las prácticas
desarrolladas .
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Por otro lado, aparece una demanda social y educativa y la realización concreta de instancias
formales de educación alternativa dirigidas a la infancia, la adolescencia y los adultos en situación
de pobreza educativa, a cargo de los protagonistas de los movimientos sociales y "... con la impronta
del movimiento”.
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Dentro de esta perspectiva, Mejía y Awad proponen la siguiente definición para caracterizar las
prácticas actuales de educación popular: “es una intervención intencionada con una metodología e
instrumental específicos, dentro del campo del saber y el conocimiento, que busca el
empoderamiento de sujetos y grupos excluidos, segregados, desiguales a quienes en el proceso
pedagógico se procura constituir en actores sociales”.
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El tema de la vinculación entre movimientos sociales y propuestas educativas y de formación
política ha tenido en la década pasada un desarrollo importante en el análisis del Movimiento de los
Sin Tierra, en Brasil . En Argentina en la actualidad han surgido grupos de académicos interesados
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en investigar las propuestas y prácticas pedagógicas que se desarrollan en fábricas recuperadas,
movimientos campesinos, movimientos de desocupados, movimientos indígenas, entre otros.
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Sin embargo, cuando analizamos las producciones actuales existentes se encuentra un
importante vacío de investigaciones que tomen como objeto de análisis los movimientos del norte
2 cfr. Mejia, Marco Raúl. Reconstruyendo la transformación social. Movimientos Sociales y Educación Popular,
La Paz. Cebiae. 1998. (p.38 y 39). 558
3 cfr. Gohn, M: Movimentossociais e educaçao. Sao Paulo. Cortez Editora, 1992, (p. 107 a 110).
4 Gohn, M: op. cit., (p.16).
5 Expresiones de la exposición de miembros de movimientos sociales en un panel de diálogo de la Conferencia
Internacional de Sociología de la Educación (International SociologicalAsociation/Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires, agosto 2004). cfr. Sirvent, M.T. op. cit.
6 Mejia, M.R. y Awad, M (1998) Pedagogías y metodologías en educación popular. Bogotá. CINEP. Mimeo.
7 Cfr. Caldart, Roseli: Educaçao en movimento: formaçao de educadores e educadoras no MST, Petropolis,
Vozes, 1997
Caldart, Roseli: Pedagogía do MovimentoSem Terra: escola é mais de que escola. Petropolis. Vozes, 2000;
Michi, Norma, op. cit.
8 Podría tomarse como una muestra de este fenómeno la importante cantidad de ponencias presentadas en las
Jornadas internacionales de problemas latinoamericanos “movimientos sociales, estado y partidos políticos
en América Latina. Universidad nacional de Cuyo/Mendoza- Argentina noviembre 2012.

