Page 562 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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Sobre la presencia de niños en movimientos sociales.
La presencia de niños es significativa. Se encuentran particularmente dos situaciones por la
cuales los mismos llegan a participar del movimiento:
Niños que vienen acompañando a sus padres y que permanecen en el movimiento: sobre todo
las mujeres madres que asisten con los niños al movimiento, y mientras las ellas desarrollan sus
actividades los niños circulan por el mismos y/o se incorporan en alguna de las actividades
destinadas para ellos.
Niños que vienen a tomar algún taller y que los padres pueden o no ser partes del movimiento:
los niños asisten a las actividades que ofrece el movimiento en carácter de usuario.
Existen distintos espacios educativos destinados a los niños, algunos claramente identificados por el
conjunto de los involucrados y otros que quedan invisibilizados.
Entre los espacios identificados por los miembros del movimiento se pueden encontrar aquellos que
ponen al niño como “destinatario” de las acciones, estos son: clases de apoyo escolar, biblioteca,
comedor, enseñanza de saya, quechua, actividades deportivas.
También se pudo ir identificando otros espacios en los cuales los niños participan de manera
permanente, y que a pesar de que en los mismos se desarrollan algunas acciones específicas para
poder atender a los más pequeños como talleres o determinadas formas de organización, los adultos
no logran visibilizarlos como “espacios de o para los niños”. Entre ellos se pueden mencionar:
marchas y movilizaciones, asambleas, toma de tierras.
¿Para qué, porque y como participan los niños de las actividades colectivas del movimiento? ¿Es
importante repensar las actividades educativas en estos espacios? ¿En que los queremos formar en
estos espacios? ¿Cómo compartimos con los niños las luchas que llevamos adelante?
Espacios Educativos para niños
Respecto del Origen y motivos de creación y sostenimiento de los espacios, emergiendo dos
fuertes justificativos:
El niño como motor de las movilizaciones y participación de los adultos: “yo vine; hice y hago
todo lo que hago por mis hijos”. El deseo de dar a los niños lo que los adultos no recibieron, la
necesidad de buscar en el movimiento la resolución a necesidades básicas.
El niño como sujeto de derechos: la preocupación por contribuir al acceso a derechos sociales,
culturales, deportivos, recreativos educativos vedados por las condiciones de pobreza de las
familias a los cuales nos niños pertenecen. Entre los derechos que se mencionan se pude
identificar: Derecho a la satisfacción de necesidades básicas y Derecho al acceso de la cultura.
A pesar del sostenimiento del niño como sujeto de derecho, en las prácticas el niño emerge
claramente más como sujeto de asistencia y protección. En el discurso de los capacitadores lo
político aparece asociado a la utilización de las personas, se supone que el niño por ser pequeño no
entiende de luchas social y que por tanto el trabajo con ellos debe ser apolítico. Nos parece
interesante comenzar a indagar que implicaría reconocer que el niño es un sujeto político.
¿Ser sujeto de derecho es ser un sujeto político? ¿Qué es ser sujeto político? ¿Qué significaría que el niño
tenga derecho a participar, organizarse, tomar decisiones, analizar críticamente la realidad? ¿La
condición del niño como sujeto de derecho aparece reducida? ¿Qué relación tienen las luchas del
movimiento con la formación que le estamos dando a nuestros niños como seres políticos?
Las representaciones de la infancia
En el discurso de los capacitadores emergen dos categorías: los chicos del barrio (los nuestros) y los
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