Page 112 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            grandes,  era  fría  en  ocasiones,  benévola  en  otras...

            soñadoras  las  más.  Vestía  ahora  un  flexible  traje  de

            ante  amarillento,  con  las  costuras  cuidadosamente


            cosidas. Al principio había llevado un arma, un largo

            rifle, de plateado cañón y culata de hermosa madera


            roja, pero lo había vuelto a guardar en el carromato tan

            pronto como las cosas quedaron claras.


               —¿Por qué dejasteis escapar al herido? —preguntó

            Sergio—. Si se repone, será un enemigo más.


               —El que huye, huye más despacio cuantas más cosas


            lleva  consigo  —respondió  el  hombre,  alto—.  Si

            caminas solo, caminas mejor.


               —Vamos —apostilló el de la voz vinosa— que, según


            dice el Vikingo, llevando a ese irán más despacio, y

            puede que los cacen antes.


               —¿Que los cace quién?


               El de la voz vinosa, aparte de exhalar un espantoso


            hedor a vino barato y a suciedad acumulada durante

            décadas, tenía un rostro verdaderamente curioso. No

            se  podía  decir  que  fuera  regular  o  irregular,  porque


            parecía  cambiar  según  le  daba  la  luz  de  la  hoguera.

            Tenía  una  nariz  protuberante,  gruesa  en  la  punta,

            surcada  de  copiosas  venillas  escarlatas,  azulenca  a


            zonas,            bulbosa,             reiterativa...              Aquella             nariz

            obsesionaba; a Sergio le pareció que siempre que su



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