Page 155 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
P. 155
Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
estrellas comenzaron a mostrar sus agujas de diamante
en la aterciopelada negrura del firmamento. En el
exterior olía a tierra mojada, olor acre, intenso,
agradable, que se metió en las narices de Sergio
mientras se preparaba a dar una vuelta con Leonor.
—¿Llevas algún arma?
—El rifle... ¿por qué?
—Por nada... Yo llevo una pistola, ¡no vamos a salir
sin armas, Sergio!
Las hojas de los árboles dejaban caer una nueva
lluvia, pequeña imitación de la anterior, cuando se
pasaba bajo ellos, lluvia que aumentaba bruscamente
cuando se tropezaba con el tronco. En el bosque se oían
crujidos y rumor de movimientos, algún aullido lejano,
y también el verraquear y el hozar de grandes cuerpos
llenos de púas... rascándose contra las cortezas de los
árboles, acompañados del grito de la lechuza...
Caminaron hasta un pequeño claro donde había unas
piedras redondas en el centro. La sensación era
agradable.; de no haber sido por la obligación que se
había impuesto, Sergio se habría quedado con gusto
allí...
—Me noto bien —dijo—. Es agradable tu casa...
—El aura era muy buena. Por eso la construyó aquí
mi padre. Las dos madres son hermanas; vinieron
155

