Page 158 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
—¿Es por eso?
—La verdad... creo que sí... Pero no me disgustas...
Sin embargo... O, no; mira, tienes razón. Tenía
curiosidad por ti... por eso. Lo siento...
—No; mujer. Tampoco es para tomarlo así...
—Sí, sí. Realmente... Te he mirado toda la tarde como
un bicho raro; una cosa nueva que acaba de caer del
cielo... y he pensado para mí: «Debe ser distinto.
Vamos a ver qué hace...» Ha sido cruel... Lo siento; de
verdad. Dime que me perdonas.
—No hay nada que perdonar... Y ahora que eso ha
quedado claro... ¿te molestaría que te besara?
—Desde luego que no.
Sergio le dio un ligero beso, apenas un roce, en los
labios, y la miró después, sonriendo. Ella volvió a
poner la mano en la suya, y silenciosamente,
emprendieron el camino de regreso. Tras ellos, un
mamífero leonado, con largas y agudas orejas
coronadas por un pincel de pelos ágiles y potentes
patas musculadas, un lince, se deslizó silenciosamente
en la espesura, mirándolos de soslayo con sus
hipnóticos ojos verdosos, como si les comprendiera en
algo.
Cuando el automotor, a toda presión, con su
tripulación a bordo, estuvo preparado para partir, muy
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