Page 150 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
Sergio a gloria. No cabía comparación con las insípidas
latas de conservas que llevaba aún, por inercia, en la
mochila, o con el recuerdo de las comidas casi
automáticas de la Ciudad, con mucho celofán, mucho
sobre, abundante etiqueta llena de colorines, pero
prácticamente sin sabor.
Morris clavó en él sus penetrantes ojos grises,
moviendo las peludas cejas al unísono de sus
mandíbulas, mientras embaulaba buenos trozos de
carne en salsa...
—Este cabrito lo matamos ayer... A ver si traéis el
pernil... ¿Habéis hecho algo de postre, madres? Y tú,
joven de la Ciudad; ¿puedo preguntarte?
—Claro que sí.
—No tan claro. Pero, en fin... ¿qué piensas hacer...?
—Quiero encontrar a Herder, el Mago.
—¿Quién es ése?
El Manchurri y el Huesos, que comían
apresuradamente, sobre todo el segundo, atracándose
a toda velocidad de patatas y carne, acompañadas de
grandes trozos de pan moreno, y que al par, con la boca
llena, hablaban a tropezones con dos mozas algo
talludas, pero con ganas de bureo, que les habían caído
al lado, se quedaron de pronto totalmente silenciosos.
Los demás, al parecer, no habían escuchado nada
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