Page 76 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
aún.
Un fuerte declive, sembrado de rocas sueltas y de
troncos caídos, conducía hasta el tumultuoso río que
viera desde la nave. Corría en el fondo de una garganta
rocosa, sembrado de peñas sueltas en las cuales el agua
se arremolinaba en un burbujear de espumas... Al otro
lado, el declive era menor, y una ininterrumpida hilera
de colinas bajas, cubiertas de hierba, se extendía hasta
el horizonte, perdiéndose las últimas en la niebla
matutina.
Con un suspiro, Sergio inició el descenso, asiéndose
a las peñas sueltas y apoyándose malamente en una
estaca que había recogido poco antes de abandonar el
bosque. Con cierta sensación de tranquilidad observó
que varios troncos caídos a través de la corriente
podrían facilitarle el paso, a pesar de que las revueltas
y rápidas aguas, coronadas de espuma, no parecían
muy acogedoras.
No se sentía extrañado por el hecho de no haber
encontrado aún ningún ser humano, ni siquiera restos
de habitación o de algún campamento abandonado. A
juzgar por los informes del profesor Singagong, los
salvajes eran más bien escasos, y las observaciones
efectuadas desde la ciudad sólo revelaban las ruinas y
algunos edificios de la pasada civilización, sin que
mostrasen ningún conglomerado donde, al parecer, se
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