Page 75 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            colocar un pie delante del otro; después, a medida que

            los  músculos  se  calentaban,  la  marcha  se  le  fue

            haciendo más flexible, si bien no menos fatigosa.



               El  bosque  iba  aclarándose  lentamente;  los  árboles

            disminuían en su proximidad y altura; las matas y los

            macizos  de  flores  se  hacían  más  escasos,  y  un  suelo


            rocoso,  entreverado  con  manchas  de  tierra  roja,  iba

            surgiendo a su alrededor. Desde un claro, presenció un

            prodigioso  amanecer  como  nunca  viera  desde  la


            ciudad... hacia el este, las densas masas nubosas, llenas

            de pinceladas rojizas, fueron abriéndose en barras de

            color  oscuro...  mientras  la  luminosidad  crecía  más  y


            más  y  las  estrellas  desaparecían...  un  fulminante

            destello solar entreabrió las nubes y penetró hasta el

            más profundo rincón del bosque, despertándolo a la


            vida...


               Mientras  el  sol  ascendía  en  el  cielo,  Sergio,

            reconfortado  por  su  benéfico  calor,  continuó  su


            marcha.  Vio  pasar  algo  grande  y  moteado  tras  una

            cortina  de  hojas,  con  un  gran  aletear  de  pájaros


            asustados, y desvió su camino.


               Un rumor sordo fue creciendo lentamente, como el

            hervir de una gran caldera. El terreno, muy despacio,

            fue  haciéndose  más  inclinado,  y  tras  algunos  pasos


            más,  los  últimos  árboles  desaparecieron.  Sólo  algún

            coloso aislado, aquí y allá, aferrado a las rocas, surgía

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