Page 80 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            En el suelo, tras él, iba quedando un rastro de sangre,

            y el intenso luminar del sol, en el mediodía, le abrasaba

            las espaldas. Pero no cejó. Con los dientes apretados,


            sufriendo sus dolores sin quejarse, anduvo, anduvo...

            coronó  el  declive  y  comenzó  a  caminar,  tropezando


            sobre la primera colina cubierta de hierba...


               Al anochecer, cuando el sol comenzaba a ponerse, los

            puntos luminosos coincidían, y aún no había logrado

            ver nada. El río se había perdido de vista a su espalda,


            y sólo alguna ráfaga de viento le traía el rumor, a veces,

            de las salvajes aguas de la montaña En varias ocasiones

            había caído al suelo, y en cada una de ellas, después de


            sonreír,  y  repetirse  a  sí  mismo  que  era  capaz  de

            hacerlo,  que  lo  haría,  que  no  podrían  vencerle  unos

            cuantos contratiempos, se había levantado. Pero cada


            paso costaba más... cada vez eran mayores las manchas

            de  sangre  que  quedaban  detrás  de  él...  Al  tocar  el


            burdo vendaje lo encontró completamente pegajoso y

            empapado en sangre... De la misma manera, las manos

            le escocían en las mil heridas, y una sed devoradora le


            aquejaba...


               Soñaba con vasos de cerveza helada, con agua fresca

            corriendo  por  su  boca...  con  una  copa  de  helado


            coronada de guindas... La lengua era como una masa

            espesa  y  endurecida  que  llenaba  por  completo  unas

            fauces resecas.


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