Page 82 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            magnético...  Extrajo  estas  dos  últimas  cosas  y  bebió

            ávidamente  de  la  cantimplora,  dejando  que  el  agua

            tibia chorrease por su boca... Sintiéndose consumido


            por  la  fiebre,  aún  rebuscó  algo  más:  una  pistola

            inyectora,  con  la  culata  de  plástico  perlado,  y  el


            depósito de aire comprimido colocado en su lugar. La

            aplicó  sobre  el  muslo,  apretó  el  gatillo  y  aguantó  el

            agudo pinchazo... Después, perdió el conocimiento.


               Le despertó un suave roce en la frente. Al tocársela


            con la mano, una gran mariposa de anchas alas, negras

            y blancas, levantó el vuelo.


               Era completamente de día. El sol estaba muy alto en

            el cielo, y a juzgar por la inclinación de sus rayos, el


            mediodía había pasado hacía rato. Se dio cuenta de que

            la  fiebre  había  desaparecido,  pero  se  encontraba


            sumamente  débil,  como  desmadejado,  y  carente  por

            completo de fuerzas. La piel del torso estaba enrojecida

            por la quemadura del sol, y al tocársela le causó una


            sensación ardiente.


               No se oía más que el ligero rumor del aromático aire,

            y en el azul brillante del cielo solamente se destacaba


            el raudo vuelo de algún ave lejana, negra, planeando

            con anchas alas extendidas antes de posarse. Bajo su

            cuerpo, la hierba era suave y mullida, y el duro ángulo


            del cajón metálico a su lado le reconfortó.




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