Page 85 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


               Fue  al  tercer  día,  cuando  se  encontraba  bastante

            repuesto, con las fuerzas casi recobradas por completo

            y  las  heridas  comenzando  a  cicatrizar,  cuando


            aparecieron  los  salvajes.  Era  por  la  tarde,  y  estaba

            metiendo  las  provisiones  y  utensilios  en  la  mochila


            antigrav, para dejarlo todo preparado con vistas a la

            marcha  que  pensaba  emprender  al  día  siguiente.  Se

            sentía cómodo y ágil en el traje de caza que sustituyera


            a  sus  desgarradas  ropas,  cuando  la  caja  de  alarma

            emitió un pequeño castañeteo.


               Se puso en pie bruscamente, desparramando por el

            suelo algunas latas de conserva y los prismáticos... A


            unos cien metros, tres figuras se recortaban sobre una

            colina, marcándose sus negras siluetas sobre las nubes

            rojas y doradas del crepúsculo. Mientras las miraba,


            con  el  rifle  preparado,  comenzaron  a  descender  la

            herbosa pendiente en dirección a él.


               Eran  tres  hombres.  El  de  la  izquierda  era  alto,


            cubierto de pies a cabeza con un manto de suave piel

            gris, con el rostro pintado totalmente de rayas rojas, y


            un gran tocado de plumas en la cabeza. Llevaba los

            brazos cruzados sobre el pecho y caminaba con pausa.

            Al parecer, no llevaba armas. El del centro era un poco


            más bajo, desnudo hasta la cintura, con una apestosa

            piel  negra  cubriéndole  los  ríñones,  y  el  torso  y  las

            piernas llenos de suciedad, que hacía apenas visibles


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