Page 323 - El Crecimiento Sostenible en RD
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GRÁFICO 16.2 ? CLIENTELISMO POLÍTICO EN do con el gasto destinado a la infraestructura, no solo Proceso de formulación de políticas públicas C A P Í T U LO 1 6
LA REPÚBLICA DOMINICANA en términos absolutos sino también en comparación
Porcentaje de encuestados con los países con características demográ?cas y
económicas muy similares. Según Keefer, “incluso en
70 la comparación más favorable, la República Dominica-
na gastó 10 puntos porcentuales menos en educación
60 que en inversión pública” (2002, p.4) a ?nales de la
década de los noventa.
50
La situación tampoco ha mejorado demasiado en
40 los últimos años. El gobierno del presidente Hipólito
Mejía asignó una parte del presupuesto nacional a la
30 educación que fue empequeñeciéndose rápidamente
entre 2001 y 2004, con lo que se agravó el ya de por
20 sí costoso dé?cit educacional del país. Si bien esta
tendencia no ha continuado acentuándose durante el
10 gobierno del PLD, lo cierto es que tampoco se ha re-
vertido; más bien, el gasto ha continuado concentrán-
0 Uno Dos o más dose en obras de infraestructura (Godínez y Mattar,
Ninguno 2008). Por lo tanto, las políticas que toman en cuenta
el interés público pasaron a ocupar un segundo plano
Conocimiento directo de casos de favoritismo político con respecto a los intereses particulares durante la
(número de casos) mayor parte del último decenio.
REP. DOMINICANA RESTO DE AMÉRICA LATINA Sin embargo, los intereses particulares no son de
ningún modo la única amenaza contra el PFP en la
Fuente: Latinobarómetro (2005). República Dominicana, ya que los legisladores domi-
Nota sobre los datos: N = 19,563 (949 RD) para la pregunta (P31ST: nicanos también son propensos a sacri?car la credi-
“¿Conoce Ud. personalmente un caso en que una persona haya recibido bilidad de las políticas por motivos de oportunismo
privilegios por ser simpatizante del partido del gobierno?”). No se tomó político. Aunque de vez en cuando abandonan políti-
en cuenta a los encuestados que no respondieron y se consolidó a los cas que se han hecho políticamente onerosas, no con
que manifestaron tener conocimiento indirecto de favoritismo en la menos frecuencia dejan vigentes leyes impopulares y
categoría de “Ninguno” para facilitar la presentación. El carácter básico toleran su desacato sistemático. Tómese, por ejem-
de los resultados no varía a causa de la consolidación. X2 = 159.9 (1 df) y plo, el caso de la privatización del sector eléctrico
p < .0001. (Manzetti y Ru?n, 2006). Por un lado, el gobierno de
Mejía le temía más al enojo de los consumidores de
superó a la República Dominicana en la escala de La- electricidad que al disgusto de las empresas eléctri-
tinobarómetro en 20051. cas, por lo que cedió a las exigencias de los primeros
Es bien sabido que la opinión y la memoria públicas
son engañosas y volubles y, por lo tanto, sería con-
veniente analizar además la información objetiva. Un
indicador ciertamente primitivo de hasta qué punto
el proceso de formulación de políticas toma en cuen-
ta el interés público y no el privado es la proporción
entre el gasto destinado a la educación —que es difícil
de dirigir a simpatizantes políticos especí?cos— y la
inversión en obras de infraestructura —que es más
fácil de dirigir— (Keefer, 2002). Según Philip Keefer,
la República Dominicana ha exhibido históricamente
una baja proporción de gasto en educación compara-
1 Cabría preguntarse si los encuestados interpretaron que la pregunta se refería “al partido o?cialista actual”, que en 2005 era
el PLD, o “al partido que estaba en el gobierno cuando tuvo lugar el presunto caso de favoritismo”, en cuyo caso podría haber
sido cualquiera de los tres partidos del país. Ambas interpretaciones son plausibles y es probable que la pregunta se haya in-
terpretado de distintas maneras entre los encuestados. Pero el PLD todavía es el partido o?cialista en la República Dominicana
y, por lo tanto, la pregunta se remite al estado actual de la política del país según cualquiera de las dos interpretaciones. En
un tema afín, se preguntó a los encuestados si sabían de alguien que hubiese sido presionado o recompensado por cambiar
su voto en las elecciones más recientes, pero sin hacer referencia al partido o a los partidos involucrados. Aunque aproxima-
damente 30% de los adultos de otras nacionalidades respondieron a?rmativamente a la segunda pregunta, casi 40% de los
dominicanos hicieron lo propio (X2 = 31 [1 df] y p < .0001). Solo los bolivianos y los mexicanos exhibieron porcentajes más altos
en las respuestas a?rmativas.
PARTE 6 ? El marco institucional 313

