Page 325 - El Crecimiento Sostenible en RD
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nejó a la República Dominicana como si se tratara de        GRÁFICO 16.3 ? POLÍTICA DE CLIENTELISMO COMO              Proceso de formulación de políticas públicas C A P Í T U LO 1 6
su feudo privado, creó y explotó un vasto sistema de        CÍRCULO VICIOSO
reparto del botín, y mantuvo tanto a sus aliados como
a sus opositores en vilo mediante la combinación de                         Partidos políticos
represión y recompensas materiales.                                          de orientación
                                                                               clientelista
Joaquín Balaguer, quien asumió el poder tras el ase-
sinato de Trujillo, la guerra civil que siguió y la breve   Administración
pero trascendente invasión estadounidense de 1965,              pública
retomó el hilo donde lo dejó su predecesor. Creó un
aparato de clientelismo que con el tiempo acabó por         políticamente
hacer super?ua la represión (Lozano, 1996; Keefer               porosa
2002), ganó tres elecciones seguidas pero de ninguna
manera exentas de controversia, y no les dejó a los         Las consecuencias son ya harto conocidas. La política
principales partidos de oposición más alternativa que       de clientelismo no solo es hostil a la naturaleza propia
responder de la misma manera (Betances y Spalding,          de la democracia y a la buena gestión gubernamental,
1997; Cassá, 1997), lo que dio inicio a un ciclo reiterado  sino que además es responsable de la presunta pre-
de una política de clientelismo que sobreviviría al in-     ponderancia del fraude y la corrupción en la sociedad
terregno del PRD (1978–1986) y al inesperado regreso        dominicana. Después de todo, el sistema induce a los
de Balaguer al poder (1986–1996), y llegaría a aden-        políticos a intercambiar cargos, contratos o recursos
trarse en el siglo XXI (Agosto, 2004).                      públicos en general a cambio de apoyo político (impli-
                                                            cito o explicito), tanto durante como después de las
La idea no es censurar a los políticos dominicanos          elecciones (Hartlyn, 1998; Espinal, 2003)3. Es así que
sino más bien explicar su comportamiento. Aunque            recientemente han estallado varios escándalos de
los principales partidos políticos dominicanos son          presunta malversación de fondos públicos en cam-
ideológicamente ?exibles y por lo tanto, abandonan          pañas privadas (Campos, 2008) y lo más probable es
sus principios partidarios por razones de pragma-           que este problema se vea agravado aun más por la
tismo electoral, no son irracionales en lo absoluto y,      eliminación propuesta hace poco de ?jar un límite al
por ende, de?enden las bases de un sistema político         número de períodos constitucionales.
que sirve debidamente a sus intereses electorales. La
República Dominicana se halla entonces atrapada en          16.3 Las políticas actuales
un círculo vicioso pero demasiado generalizado (We-
yland, 2002). Por un lado, la escasez de partidos po-       La República Dominicana está atrapada en un círculo
líticos de tipo programático inhibe las probabilidades      político vicioso en el que una administración pública
de desarrollo del Estado. Los funcionarios públicos de      permeable tienta a los partidos políticos a que repar-
elección tienen un interés racional en que se perpe-        tan bene?cios (como empleos, contratos y obras) a
túe el sistema de reparto de poder electoral y una an-      cambio de votos; los partidos políticos que reparten
tipatía no menos racional a la reforma administrativa       favores a cambio de votos de?enden la permeabilidad
y judicial. Por otro lado, la permeabilidad de la admi-     de la administración pública cuando están en el poder
nistración pública impide el nacimiento y desarrollo        y, de esa manera, se ven perjudicadas la estabilidad, la
de partidos programáticos. Los funcionarios públicos        credibilidad y la atención al interés general en el PFP
de elección no están dispuestos a resistirse al canto       de la República Dominicana. Entonces ¿qué se puede
de sirena de la política de clientelismo ni son capaces     hacer? Los legisladores han intentado varias veces
de hacerlo (véase el Grá?co 16.3).                          combatir las patologías del PFP del país promulgando,
                                                            por un lado, reformas administrativas y judiciales

3 Véase análisis más amplios del vínculo entre clientelismo y corrupción en Della Porta (1997) y Heywood (1997).

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