Page 127 - iIndependencia 1849-1856.
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La mediación extranjera en las guerras dominicanas de independencia	  127

            los Estados Unidos en Puerto Príncipe, solicitado del Gobierno
            Haitiano con fecha 9 de Julio último que la cesación de las hosti-
            lidades para entrar en la cuestión de la mediación durase hasta
            el 31 de Marzo de 1851, el Ministro de Relaciones Exteriores
            de Haití contestó el 1ro. de Agosto corriente anunciando que
            el armisticio o tregua a que accedía para la conclusión de las
            negociaciones abiertas lo limitaba el Emperador hasta el 30 de
            Septiembre del presente año y un mes después de término para
            denunciar en caso de volver a empezarse las hostilidades:» Estas
            comunicaciones han sido hechas al Gobierno oficialmente por los
            tres Cónsules en el día de ayer, y encontrándose el Presidente de
            la República en las Provincias de los Cantones del Sur importa
            sólo por ahora comunicar órdenes a los jefes de cantones y puestos
            limítrofes para que durante esa corta tregua no se hagan de nues-
            tra parte actos agresivos por rondas o patrullas ni por marotas;
            pero que en el mismo tiempo debemos mantener la misma actitud
            y redoblar la vigilancia contra la suspicacia haitiana y estar
            muy alerta contra los medios de servicios que han adoptado sin
            necesidad de acto de publicación.10

    Más adelante en ese mensaje anual al Congreso dominicano,
el presidente Báez explicaba en detalles todo el proceso de me-
diación hasta ese momento, bajo la óptica dominicana:

                 Entre tanto, los agentes respectivos de las dos naciones, cum-
            pliendo con sus instrucciones, propusieron la mediación, que fue
            rechazada por los haitianos, si no eran admitidas como bases
            posibles de un arreglo las proposiciones que llevo hecha mención,
            y como esas bases eran imposible, solamente pudieron recabar los
            dichos agentes una suspensión de armas por un mes, debiendo
            empezarse las hostilidades el día en que se denunciase la cesación
            de la tregua. Ese armisticio lo recibí en Azua y lo hice publicar
            en las fronteras como orden del día, por no hacerle concebir a la

10	 E. Rodríguez Demorizi, Guerra domínico-haitiana, p. 252.
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