Page 132 - iIndependencia 1849-1856.
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132 Wenceslao Vega B.
distinto y separado. Que la República Dominicana tenía una ex-
periencia política reconocida por varias naciones, ya por Tratados,
ya por relaciones diplomáticas por medio de Agentes acreditados,
y la Inglaterra, Francia y los Estados Unidos, habían aceptado la
mediación para la completa pacificación de la isla, que era lo que
convenía a ambos […] que el Gobierno de S. M. Británica de
ningún modo podía propender a que el Imperio de Haití subyuga-
ra por conquista a la República Dominicana, y si a que entre los
dos Gobiernos fuese ajustada una paz definitiva que asegurara su
recíproca tranquilidad y que tuviera por base principal el reconoci-
miento de la Independencia de ambos Estados.— Y que en cuanto
a su recomendación de las ventajas que produciría la reunión de
ambos pueblos, y la buena disposición del Este, manifestada por
gran parte de la población, –el Gobierno de S.M. Británica, tenía
otros informes y datos para creer que los dominicanos estaban
dispuestos a defenderse, y determinados a no someterse, siendo
descendientes de otro origen, a ser gobernados por los haitianos, de
origen africano, y a la vista de las escenas sangrientas que se han
presentado ante ellos sobre castas.15
Parece que la posición tan radical de los británicos, expresada
por su propio Canciller, convenció a los haitianos de que, por
el momento, era mejor quedarse tranquilos. Por eso, el 16 de
octubre de 1851, el Canciller haitiano le decía a los cónsules lo
siguiente:
El Ministro de Relaciones Exteriores renueva a los agentes
de Gran Bretaña y de Francia, las seguridades de las pacíficas
intenciones de Su Majestad, el Emperador, constantemente expre-
sadas en las negociaciones y en los despachos del gobierno haitia-
no, relacionados con el asunto del Este fechados el 14 de Mayo
15 «Índice general de los libros copiadores de los oficios de la sección de
Relaciones Exteriores», Boletín del Archivo General de la Nación, año I, Vol. II,
Núm. 4, Ciudad Trujillo [Santo Domingo], 1938, p. 389.

