Page 152 - COELHO PAULO - El Demonio Y La Srta Prym 4.RTF
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pasado de gloria y sabiduría. Podría haberte dado
                   la respuesta que buscabas, si me hubiera acordado
                   de ella.
                            Chantal desató a Berta y vio que tenía una
                   herida en la cabeza, tal vez a causa de la posición
                   en que habían colocado su cabeza en la piedra, pero
                   no era nada grave. El problema era que debían quedarse
                   allí hasta la mañana siguiente, esperando que la mujer
                   despertase.
                   -¿Puedes darme esa respuesta ahora? -le
                   preguntó el hombre.
                   -Supongo que ya deben de haberte contado el
                   encuentro entre San Sabino y Ahab.
                   -Claro. El santo fue a ver a Ahab, conversó con
                   él y, al final, el árabe se convirtió porque se
                   percató de que el coraje del santo era mucho mayor
                   que el suyo.
                   -Sí. Pero antes de irse a dormir volvieron a
                   charlar un rato, a pesar de que Ahab se había
                   puesto a afilar su puñal en cuanto San Sabino
                   había puesto los pies en su casa. Convencido de
                   que el mundo era un reflejo de sí mismo, decidió
                   desafiarle, y le preguntó:
                   »-Si ahora entrase la prostituta más bella que
                   ronda por el pueblo, ¿te sería posible pensar que
                   no es bella y seductora?
                   »-No. Pero conseguiría controlarme -respondió
                   el santo.
                   »-Si te ofreciera muchas monedas de oro para
                   que dejaras la montaña y te unieras a nosotros,
                   ¿te sería posible mirarlas como si fueran piedras?
                   —No. Pero conseguiría controlarme.
                   »-Si vinieran a verte dos hermanos, uno que te
                   detesta y otro que te considera un santo, ¿te
                   sería posible pensar que los dos son iguales?
                   »-Aunque me hiciera sufrir, conseguiría
                   controlarme y los trataría a los dos de la misma
                   manera. Chantal hizo una pausa.
                   -Dicen que este diálogo fue decisivo para la
                   conversión de Ahab.
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