Page 64 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
P. 64
www.elaleph.com
William Shakespeare donde los libros son gratis
PRÍNCIPE ENRIQUE.- Absolutamente; necesitaría un poco de tu
instinto.
FALSTAFF.- Bueno, pero mañana vas a ser horriblemente regañado
cuando vayas a ver a tu padre; si me quieres, prepara al menos una
respuesta.
PRÍNCIPE ENRIQUE.- Bien, haz el papel de mi padre y examina mi
conducta en detalle.
FALSTAFF.- Yo? Con mucho gusto: esta silla será mi trono, esta
daga mi cetro y este cojín mi corona.
PRÍNCIPE ENRIQUE.- Tu trono parece una silla agujereada, tu cetro
de oro una daga de plomo y tu preciosa y rica corona una lastimera
calva tonsurada.
FALSTAFF.- No importa; si el fuego de la gracia no está en ti
completamente extinguido, ahora vas a conmoverte. Dadme una copa
de vino, para tener los ojos enrojecidos, como si hubiera llorado;
porque tengo que hablar con pasión, en el tono del rey Cambises.
PRÍNCIPE ENRIQUE.- Bien; he aquí mi reverencia.
FALSTAFF.- Y allá va mi discurso. Rodeadme, nobleza!
POSADERA.- Jesús mío! Que espectáculo tan divertido!
FALSTAFF.- No llores, dulce reina, porque ese chorro de lágrimas es
inútil.
POSADERA.- Mirar al viejo! Que bien sostiene su dignidad.
FALSTAFF.- En nombre del cielo, señores llevaos mi triste reina,
porque las lágrimas obstruyen las esclusas de sus ojos!
POSADERA.- Parece mentira! Recita su papel como uno de esos
cómicos indecentes que he visto muchas veces.
FALSTAFF.- Silencio, dama Juana! A callar, Rascabuche! Harry, no
solo me causan asombro los sitios donde pasas tu tiempo, sino también
la compañía de que te rodeas. Porqué, si bien la camomila brota más
vivaz cuanto más se la pisotea, la juventud, cuanto más se derrocha,
más se consume. Que eres mi hijo, lo sé, primero, por la palabra de tu
madre y luego, por mi propia opinión; pero mi principal garantía es
64
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar

