Page 65 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
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Enrique IV donde los libros son gratis
esa horrible mueca constante de tu ojo y la estúpida depresión de tu
labio inferior. Siendo, pues, tú mi hijo, llego al punto: porqué, siendo,
hijo mío, te haces así señalar con el dedo? Anda acaso el bendecido
hijo de los cielos vagabundeando por los campos, comiendo moras? Es
una pregunta sin respuesta. Debe acaso, el hijo de Inglaterra andar
como un ladrón, robando bolsas? Una pregunta con respuesta. Hay
una cosa, Harry, de la que habrás oído hablar a menudo y que es
conocida de mucha gente en nuestro país bajo el nombre de pez; esa
pez, según lo afirman antiguos escritores, ensucia; lo mismo hace la
sociedad que frecuentas; porque, Harry, no te hablo ahora en la
embriaguez, sino en las lágrimas, no en el placer, sino en la
desesperación, no con vanas palabras, sino con el corazón herido...
Sin embargo, hay en tu compañía un hombre de bien, que he
observado a menudo, pero no se como se llama.
PRÍNCIPE ENRIQUE.- Qué clase de hombre es, señor, si os place?
FALSTAFF.- Por mi fe, un hombre de hermosa presencia, corpulento,
aspecto alegre, mirada graciosa, noble actitud; parece tener cincuenta
años, o por Nuestra Señora! tal vez raye en los sesenta. Y ahora
recuerdo, su nombre es Falstaff. Si ese hombre fuera un libertino, sería
para mí una decepción, porque leo, Enrique, la virtud en su mirar. Sí,
pues el árbol puede conocerse por el fruto y el fruto por el árbol,
declaro perentoriamente que hay virtud en ese Falstaff; consérvalo,
destierra el resto. Dime ahora, inicuo bribón, dime, dónde has estado
todo este mes?
PRÍNCIPE ENRIQUE.- A eso llamas hablar como un rey? Toma
ahora mi parte, que yo haré la de mi padre.
FALSTAFF.- Cómo, me depones? Si tienes en la palabra y en el gesto,
solo la mitad de ésta mi gravedad majestuosa, que me cuelguen por los
talones como una piel de conejo en un escaparate de tienda.
PRÍNCIPE ENRIQUE.- Bien, tomo asiento.
FALSTAFF.- Y aquí estoy de pie; sed jueces, compañeros.
PRÍNCIPE ENRIQUE.- Y bien, Harry, de dónde venís?
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