Page 22 - El avaro - Molière - Ciudad Seva
P. 22
El avaro - Molière - Ciudad Seva http://www.ciudadseva.com/textos/teatro/moliere/avaro.htm
HARPAGÓN. ¡Tanto mejor...! ¿Cómo marcha nuestro negocio?
FROSINA. ¿Es necesario preguntarlo? ¿E intervengo yo en algo que no alcance éxito?
Tengo, para los casamientos sobre todo, un talento especial; no hay partido en el mundo
que no encuentre yo medio de emparejar en poco tiempo, y creo que, si se me metiera en
la cabeza, casaría al Gran Turco con la República de Venecia. No había, indudablemente,
grandes dificultades en este negocio. Como tengo trato con ellas, las he hablado a ambas
a fondo de vos, y he dicho a la madre la pasión que habéis concebido por Mariana al
verla pasar por la calle y tomar el aire en su ventana.
HARPAGÓN. .¿Y qué ha contestado?
FROSINA. Ha recibido la proposición con alegría, y cuando la he manifestado que
deseabais grandemente que su hija asistiera esta noche al contrato de esponsales que
debe firmarse para la vuestra, ha accedido ella gustosa y me la ha confiado para eso.
HARPAGÓN. Es que me veo obligado, Frosina, a dar de cenar al señor Anselmo, y me
alegraría mucho que participase ella del festín.
FROSINA. Tenéis razón. Debe ella, después de comer, visitar a vuestra hija, y desde
aquí tiene el propósito de dar una vuelta por la feria, para venir luego a la cena.
HARPAGÓN.. Pues bien: irán juntas en mi carroza, que les prestaré.
FROSINA. Eso le parecerá muy bien.
HARPAGÓN. Pero, Frosina, ¿has hablado a la madre respecto a la dote que pueda dar a
su hija? ¿Le has dicho que era necesario que ayudase un poco, que hiciese algún
esfuerzo, que se exprimiera en una ocasión como ésta? Porque, eso sí, no se puede uno
casar con una joven sin que aporte algo.
FROSINA. ¡Cómo! Es una joven que os aportará doce mil libras de renta.
HARPAGÓN. ¡Doce mil libras de renta!
FROSINA. Sí. Ante todo, está alimentada y educada con un gran ahorro de estómago. Es
una joven acostumbrada a vivir de ensalada, de leche, de queso y manzanas, y que no
necesitará, por consiguiente, ni mesa bien servida, ni caldos exquisitos, ni cebadas
mondadas constantes, ni las demás delicadas fruslerías que requeriría cualquier otra
mujer; y esto no representa tan poco que no ascienda todos los años a tres mil francos,
por lo menos. Aparte de esto, sólo le preocupa un aseo muy sencillo y no le gustan los
vestidos costosos, ni las ricas joyas, ni los muebles suntuosos, a los que tan
apasionadamente aficionadas son las de su sexo; y este capítulo equivale a más de cuatro
mil libras al año. Además, siente una aversión horrible por el juego, lo cual no es
corriente en las mujeres de hoy; y conozco a una de nuestro barrio que ha perdido al
treinta y cuarenta veinte mil francos este año. Mas no contemos sino la cuarta parte.
Cinco mil francos al juego, por año, y cuatro mil en vestidos y joyas, suman nueve mil
libras; y poniendo mil escudos para la comida, ¿no tenéis ahora los doce mil francos
contantes y sonantes, al año?
HARPAGÓN. Sí; no está mal; mas esa cuenta no tiene nada de real.
FROSINA. Perdonadme. ¿No es algo real aportaros en matrimonio una gran sobriedad,
22 de 57 20/04/2006 15:43

