Page 46 - El avaro - Molière - Ciudad Seva
P. 46

El avaro - Molière - Ciudad Seva                                       http://www.ciudadseva.com/textos/teatro/moliere/avaro.htm



                                                    ACTO QUINTO

                                                  ESCENA PRIMERA


                                   HARPAGÓN, el COMISARIO y su ESCRIBIENTE

                  COMISARIO. Dejadme hacer; conozco mi oficio, a Dios gracias. No es hoy la primera
                  vez que intervengo para descubrir robos, y quisiera yo tener tantos sacos de mil francos
                  como personas he mandado ahorcar.

                  HARPAGÓN. Todos los magistrados están interesados en llevar este asunto; y si no me
                  hacen recuperar mi dinero, pediré justicia de la Justicia.


                  COMISARIO. Hay que efectuar todas las indagaciones requeridas. ¿Decíais que había
                  en esa arquilla...?

                  HARPAGÓN. Diez mil escudos bien contados.

                  COMISARIO. ¡Diez mil escudos!

                  HARPAGÓN. Diez mil escudos.


                  COMISARIO. ¡El robo es importante!

                  HARPAGÓN. No existe suplicio bastante grande para la enormidad de ese crimen, y si
                  queda impune, las cosas más sagradas no estarán ya seguras.

                  COMISARIO. ¿Y en qué monedas estaba esa suma?

                  HARPAGÓN. En buenos luises de oro y en pistolas de peso corrido.


                  COMISARIO. ¿Quién sospecháis que pueda ser el autor de este robo?

                  HARPAGÓN. Todo el mundo; y quiero que encarceléis a la ciudad y los arrabales.

                  COMISARIO. Es necesario, creedme, no asustar a nadie y procurar atrapar con cautela
                  algunas pruebas, a fin de proceder luego con todo rigor a la recuperación de las monedas
                  que os han sido robadas.



                                                       ESCENA II

                        HARPAGÓN, el COMISARIO, su ESCRIBIENTE y MAESE SANTIAGO

                  MAESE SANTIAGO. (Al fondo de la escena, volviéndose hacia el lado por donde ha
                  salido.) Ahora vuelvo. Que lo degüellen en seguida, que le tuesten los pies, que lo
                  pongan en agua hirviendo y que lo cuelguen del techo.

                  HARPAGÓN. (A Maese Santiago.) ¿A quién? ¿Al que me ha robado?

                  MAESE SANTIAGO. Hablo de un lechoncillo que acaba de enviarme vuestro
                  intendente y que voy a aderezar a mi manera.

                  HARPAGÓN. No se trata de eso, y aquí está el señor con quien hay que hablar de otra
                  cosa.






 46 de 57                                                                                                 20/04/2006 15:43
   41   42   43   44   45   46   47   48   49   50   51