Page 49 - El avaro - Molière - Ciudad Seva
P. 49

El avaro - Molière - Ciudad Seva                                       http://www.ciudadseva.com/textos/teatro/moliere/avaro.htm





                  MAESE SANTIAGO. (A Harpagón.) Señor, aquí vuelve. No vayáis a decirle, por lo
                  menos, que soy yo quien os ha descubierto eso.



                                                      ESCENA III

                  HARPAGÓN, el COMISARIO, su ESCRIBIENTE, VALERIO y MAESE SANTIAGO


                  HARPAGÓN. Acércate; ven a confesar la más negra acción, el atentado más horrible
                  que se haya cometido nunca.


                  VALERIO. ¿Qué queréis, señor?

                  HARPAGÓN. ¡Cómo, traidor! ¿No te avergüenzas de tu crimen?

                  VALERIO. ¿De qué crimen queréis hablar?

                  HARPAGÓN. ¿De qué crimen quiero hablar, infame? ¡Como si no supieras lo que
                  quiero decir! Es inútil que pretendas encubrirlo; está descubierto el asunto y acaban de
                  contármelo todo. ¡Cómo! ¡Abusar así de mi bondad, introducirte deliberadamente en mi
                  casa para traicionarme y hacerme una jugarreta de esta naturaleza!

                  VALERIO. Señor, puesto que os han descubierto todo, no quiero emplear rodeos ni
                  negaros la acción.

                  MAESE SANTIAGO. (Aparte.) ¡Oh, oh! ¿Habré yo adivinado sin saberlo?

                  VALERIO. Era propósito mío hablaros de ello, y quería esperar para hacerlo a unas
                  circunstancias favorables; mas puesto que es así, os ruego que no os enojéis y que
                  accedáis a escuchar mis razones.

                  HARPAGÓN. ¿Y qué lindas razones puedes darme, infame ladrón?


                  VALERIO. ¡Ah, señor! No merezco esos nombres. Cierto es que he cometido una
                  ofensa contra vos; mas, después de todo, mi culpa es perdonable.

                  HARPAGÓN. ¡Cómo...! ¿Perdonable! ¿Una traición, un asesinato de este género...?


                  VALERIO. Por favor, no os encolericéis. Cuando me hayáis oído, veréis que el daño no
                  es tan grande como creéis.

                  HARPAGÓN. ¡Que no es tan grande el daño como creo! ¡Cómo! ¡Mi sangre, mis
                  entrañas, bergante!

                  VALERIO. Vuestra sangre, señor, no ha caído en malas manos. Soy de una clase que no
                  la perjudicará, y no hay nada, en todo esto, que no pueda yo reparar.

                  HARPAGÓN. Esa es mi intención, y que me restituyas lo que me has quitado.

                  VALERIO. Vuestra honra, señor, quedará plenamente satisfecha.


                  HARPAGÓN. No se trata aquí de la honra. Mas dime: ¿quién te ha impulsado a esa
                  acción?







 49 de 57                                                                                                 20/04/2006 15:43
   44   45   46   47   48   49   50   51   52   53   54