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Ensayo
Anatomía de la identidad
Rubén Manasés Achdjian
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esde el comienzo de la experiencia editorial de “modernidad líquida” -en la clásica definición de Zygmunt
HUMUS, la identidad fue uno de sus temas más Bauman- los rasgos salientes de las sociedades son, precisa-
relevantes. En los primeros artículos escritos a mente, la volatilidad de sus valores y creencias y el debilita-
principios de los años ochenta intentábamos responder con miento de los vínculos humanos. Las microidentidades es-
cierta suficiencia a la pregunta sobre qué significaba, para tarían expresando este nuevo estado de cosas.
nuestra generación, ser descendientes de un pueblo milena- El viejo modelo cartesiano de identidad fija, sustantiva, se
rio pese a que estábamos afincados en Argentina, un país desvanece en pro de una multiplicidad de identidades que
geográficamente tan alejado de nuestras “tierras ancestra- van más allá del concepto unívoco de identidad. Los es-
les”. pacios desaparecen y las identidades se tornan aleatorias.
Releyendo algunos de esos artículos, muchas de las Se intenta ir más allá de lo estipulado, de lo establecido,
afirmaciones allí vertidas me suenan demasiado categóricas, dando lugar a las transidentidades como aquellas identi-
dades que intentan ir más allá de lo cartesiano, en un
emocionales, desmesuradas incluso. Hoy, luego de tanto intento de solucionar la crisis de identidad desatada, la
tiempo, difícilmente esté dispuesto a suscribir muchos de indeterminación y la imposibilidad de responder a la pre-
esos argumentos, aunque sí quiero rescatar aquella vocación gunta fundamental de “quién soy yo”. (Jáuregui y Mén-
juvenil de plantearnos ciertas discusiones que no solo man- dez: 2007, 33).
tienen su vigencia, sino que han ido mutando con el paso
del tiempo.
En sentido contrario a lo que se pensaba en los años
En las últimas décadas, el debate sobre las identida- noventa, la globalización no condujo a la humanidad hacia
des produjo no solo una notable cantidad y variedad de un “mundo expandido” sino que, por el contrario, la reple-
literatura sino que, además, impulsó la creación de campos gó sobre sí misma, la empujó hacia los particularismos. En
específicos de investigación en la filosofía y las ciencias so- lo que se refiere específicamente a las “identidades naciona-
ciales. En lo que respecta a este ensayo, me ocuparé exclusi- les”, tampoco ellas lograron permanecer al margen de la
vamente de las identidades nacionales, en general, y de la transformación que señalo.
identidad armenia en particular.
Si observáramos, a vuelo de pájaro, el planisferio
Las discusiones sobre las identidades nacionales re- político advertiríamos, por ejemplo, que en la actualidad
cobraron actualidad como consecuencia del “mundo frag- existen más de 40 estados nacionales que cuarenta años
mentado”, parafraseando a Castoriadis[1]. El mundo actual atrás eran inexistentes: en efecto, todos ellos obtuvieron su
-posmoderno, posindustrial o como se lo quiera denominar reconocimiento a partir de 1980 en adelante; entre ellos, la
- se aleja cada vez más del viejo cosmopolitismo, en refe- República de Armenia. Como bien sabemos, el proceso
rencia a aquel proyecto moral e intelectual de la moderni- independentista armenio fue uno entre los muchos emer-
dad de los siglos XVIII y XIX que pretendía transformar al gentes que surgieron del nuevo escenario internacional que,
aldeano rústico o al burgués pueblerino en un “ciudadano a principio de los años noventa, se conformó en Asia y Eu-
del mundo”. Ante la visión de un mundo que se fragmenta, ropa luego de la disolución de la Unión Soviética y del blo-
han surgido los particularismos para dar una respuesta más que socialista en Europa del Este.
o menos convincente y tranquilizadora a grandes porciones A su vez existen otros 10 países -que podríamos lla-
de la humanidad. mar “estados de facto”- que aún no han obtenido su reco-
Todo este proceso, caracterizado por un repliegue nocimiento como entidades soberanas por parte de la co-
desde la generalidad hacia la particularidad, permitió la munidad internacional, entre los que se encuentra la Repú-
irrupción, a escala global, de lo que algunos autores deno- blica de Artsaj, tal como actualmente se denomina a la ex
minan microidentidades o transidentidades. Desaparecidas República del Nagorno Karapagh.
las “grandes ficciones orientadoras” de la modernidad Las transformaciones globales que menciono no solo
(hablo de dios, estado, partido, mercado, patria, nación, afectaron a los llamados “estados nuevos”, sino que, en
etc.) el vacío dejado por ellas fue suplido por un vago relati- algunos otros países que se consideraban definitivamente
vismo: todo depende, todo vale, todo es aleatorio. Aquellas consolidados, emergieron antiguos proyectos secesionistas
ficciones de la “modernidad sólida”, al plantear identidades que, basados en diferenciaciones étnicas o culturales hoy
inconmovibles, brindaban a los seres humanos notables expresan fuertes demandas políticas de autonomía e, inclu-
grados de seguridad y certidumbre mientras que en la
so, de independencia: hablo, por ejemplo, de los separatis-
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