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Diáspora





                                   El negacionismo como


                                      Política de Estado





                                                                                        Eduardo Kozanlian




         E
                sta nota está basada en trabajos de investigadores  francés Bernard Henry-Levy leemos: “Cuando me sumergí
                que han profundizado estudios sobre el negacionis- en la literatura negacionista en relación con los armenios,
                mo, de los cuales he escogido algunos de los pasa- descubrí con sorpresa que es la misma literatura que la que
         jes más esclarecedores. Para comenzar, tomo la definición  ya conocía respecto de la aniquilación de los judíos. La mis-
         de la palabra que nos ocupa. La Real Academia Española  ma retórica. Los mismos argumentos”. De este último es-
         (RAE) ha incorporado la voz “negacionismo” a la vigesi- crito tomo cuatro formas de negación y le agrego algunos
         motercera  edición  del  Diccionario  académico  con  el  si- ejemplos.
         guiente significado: “actitud que consiste en la negación de   La  primera  es  la  minimización  o  trivialización,  que
         hechos históricos recientes y muy graves que están general-  puede resumirse en el siguiente argumento: “... hubo muer-
         mente  aceptados”.  En  su  Diccionario  jurídico  lo  califica   tos, de acuerdo, pero no tantos como se dice”. Un ejemplo
         como “delito de odio que comete quien niegue públicamen-  elocuente  de  esta  clase  de  afirmaciones  es  una  carta  que
         te un delito de genocidio, de lesa humanidad...”.    recibió  el  Dr.  E.  Raúl  Zaffaroni  de  un  embajador  turco
              Como  sabemos,  el  siglo  XX  estuvo  marcado  por  acreditado en nuestro país, en la que decía que “no fueron
         varios genocidios, de los cuales, cronológicamente dispues- 1.500.000, fueron nada más que 400.000”. Ante aquella ac-
         tos, el armenio y el judío son los que más prensa tienen,  titud  negacionista,  el  Dr.  Zaffaroni  respondió:  “Se  puede
         aunque dispuestos en importancia de difusión, el primero  suponer lo que contesté: no se trata de una cuestión de nú-
         está  prácticamente  silenciado.  En  el  caso  de  la  Shoá,  sus  meros. Nunca un genocidio es cuestión de números”. Por
         detractores son, en general, historiadores, políticos, escrito- mi parte añado que, lamentablemente, entre 1894 y 1923, el
         res, es decir, individuos. En el caso armenio, la gran dife- Estado turco masacró a más de dos millones de armenios.
         rencia consiste en que enfrenta un negacionismo de Estado,  ¿O es que los armenios que habitaron por milenios su an-
         cuya diplomacia internacional tiene recursos para el chanta- cestral territorio sacaron visa para emigrar repentinamente y
         je. Su lobby  estatal está vigente en especial en los países con  en masa a California?
         presencia de  comunidades de la Diáspora armenia, donde    La  segunda  es  la  racionalización,  cuyas  expresiones
         “la campaña del Estado turco impone silencio promovien-  comunes por parte de los negadores aluden a que “las ma-
         do una variedad de recursos cooptantes, diseminando falsi-  sacres se inscriben en una lógica de guerra”, “que se produ-
         ficaciones de datos históricos y a través de halagos e intimi-  jeron en tiempo de guerra y que por lo tanto debió ejecutar-
         dación” (Richard Falk).                              los por su propia seguridad” o que “los hechos se produje-
              Desde hace varias décadas, la prensa ha denunciado  ron durante una conmoción interior”. Por ejemplo, Justin
         esta política del Estado turco respecto al Genocidio Arme- Mc Carthy escribió: “Lo que pasó entre los turcos y los ar-
         nio mediante notas y editoriales, las cuales siempre son ata- menios no era un genocidio, era una guerra” (textual). Un
         cadas por las más altas autoridades oficiales. Así lo resume  ejemplo significativo fue la interpretación de la autodefensa
         un excelente editorial del Diario La Nación: “A pesar de la  de la ciudad de Van en 1915. Sus pobladores, conscientes
         documentación  largamente  probatoria  del  hecho,  Turquía  del inicio de matanzas masivas de civiles, se atrincheraron
         lo sigue negando y se esfuerza vanamente por tratar de dis- para resistir la inminente deportación letal que les esperaba.
         torsionar la historia, como si el genocidio no hubiera existi- Acusar a estos actos de desesperación como “actos de gue-
         do y como si los turcos no hubieran sido responsables de  rra” o de “rebelión” contra la autoridad sería como acusar
         él, escondiendo y desafiando a la verdad” (2/2/2015).   de lo mismo al heroico levantamiento del gueto de Varsovia
              Cabe  señalar  que  Turquía  utiliza  el  negacionismo   contra la política genocida nazi.
         como coartada y excusa, un método “... organizado y orde-  La tercera forma consiste en invertir los papeles, es
         nado por el gobierno acusado, que se trasvasa sutilmente a  decir, culpar a las víctimas de su suerte, convertir a la vícti-
         la cultura de su país. Es la pretensión esgrimida por el Esta- ma en culpable y agresora. “Así como Céline [Louis Ferdi-
         do culpable, de rehabilitar el honor de los autores materia- nand] responsabilizaba a los judíos de la [Segunda] guerra,
         les del crimen, comprometidos por la historia que los res- los negacionistas turcos explican que son los armenios, por
         ponsabiliza” (Pascual C. Ohanian). En una nota del escritor  su alianza con los rusos, quienes se cavaron su propia fosa”.

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