Page 121 - Los Humanoides - Jack Willianson
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Capitulo  XIII





                    Guando  Claypool  recuperó  el  conocimiento,  se


            encontró  en  el  fondo  de  un  pozo,  rodeado  de

            humanoides  que  trabajaban  con  la  diligencia  de

            hormigas. Sintiendo que algo era pasado por debajo de


            su cuerpo, el astrónomo advirtió que lo alzaban. Estaba

            sobre una camilla portátil.


                    —Usted ha sido muy descuidado, señor —dijo una


            de las brillantes figuras—. Se ha fracturado el fémur.


                    —Ustedes  no  se  mostraron  muy  cuidadosos

            cuando nos cazaron con aquella máquina de perforar,


            ¿eh? —repuso el astrónomo entre dientes.


                    —La niña estaba con usted, señor, y para bien de la

            mayoría era necesario anularla, pues es peligrosa para

            el Principal Mandato que nos rige.



                    Claypool sintió que se ponían en marcha y cerró los

            ojos.


                    —Aquí  le  aplicaremos  la  primera  inyección  de


            euforidina, señor. Sus dolores cesarán inmediatamente

            y no tendrá más preocupaciones —la voz era amable y

            metálica.


                    El  astrónomo  se  sentía  demasiado  débil  para


            luchar: sintió el pinchazo y luego le pareció que volvía

            a hundirse en el abismo.




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