Page 117 - Los Humanoides - Jack Willianson
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plataforma basáltica y se abría ante ellos el precipicio.


            El  astrónomo  trató  de  volver  sobre  sus  pasos,  pero

            resbaló.  Con  un  violento  esfuerzo  logró  caer  de

            espaldas, evitando lastimar a la niña. Pero el dolor lo


            dejó atontado por un momento, sin poderse levantar.


                    Entonces  la  poderosa  máquina  excavadora

            apareció  envuelta  en  una  nube  de  tierra,  moviendo

            hacia ellos sus cuchillas de reluciente acero. Claypool


            intentó  apartar  a  la  criatura  del  camino  de  aquella

            mole,  pero  no  lo  logró.  Sin  embargo  Aurora  estaba


            inmóvil entre sus brazos. De sus labios surgieron tres

            palabras:


                    —¡Gracias, señor Ford!


                    El monstruo metálico pasó junto a ellos, virando


            levemente  y  levantando  siempre  nubes  de  tierra.

            Luego  desapareció.  La  montaña  pareció  sacudirse

            levemente y Claypool oyó el lejano estruendo de algo


            que se estrellaba en el fondo del precipicio. Aurora se

            incorporó  y  se  sacudió  el  gastado  vestidito  amarillo,

            por debajo del saco de cuero demasiado holgado para


            ella.


                    —No  podía  detenerla  porque  no  la  manejaba

            ningún  humanoide...  Funcionaba  sola...  Pero  el  señor


            Overstreet podía verla y el señor White le dijo al señor

            Ford lo que tenía que hacer —explicó con su débil voz

            temblando de terror.




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