Page 103 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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                     Empezó  a  hacer  calor  enseguida.  La


              primavera  cedió  sin  resistencia.  Dos  semanas


              antes que el año anterior según el calendario que


              había  garabateado  en  una  tabla  del  hangar.


              Como  me  pareció  que  ya  no  había  peligro  de


              heladas  nocturnas  cavé  los  surcos  del  huerto  e


              hice  los  agujeros  y  sembré  bajo  un  sol  benigno


              que  me  calentaba  la  nuca  y  le  daba  al  lomo  de


              Jasper ese calorcillo tan agradable al tacto.




                     Planté  lo  mismo  que  todos  los  años:  judías


              verdes,  patatas,  maíz.  También  tenía  espinacas



              que plantaba en un vivero junto con las pequeñas


              tomateras.




                     Hacia el final, cuando decidí salir pitando de la


              ciudad,  fueron  esas  las  hortalizas  que  me  llevé


              del  invernadero  que  tenía  en  el  jardín  de  atrás.


              Una  cesta  de  paquetes  de  semillas  con  una


              costra de tierra y un cubo de patatas de siembra.


              Siempre plantábamos lo mismo e íbamos ya por


              la  décima  cosecha.  Tenía  que  intercambiar



              semillas con las familias para que las plantas no




                                                                                                           103
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