Page 483 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
P. 483
Me encogí de hombros. El Abuelo estaba en
su mundo, contemplando la cordillera de Gore,
los Never Summers ardiendo en la distancia,
como transido. Se puede acostumbrar uno a
muchas cosas, pero quizá a esto no. Así, de
pronto. Le silbé para decirle que volvíamos dentro
de cinco minutos, cogí el fusil automático y
echamos a andar por la carretera deformada por
las heladas. Entre las grietas asomaban matas de
hierba y artemisa, pimpollos de álamo. Las
lagartijas salían huyendo a nuestro paso.
Caminábamos de cara al sol que se alzaba sobre
las nieves de la Divisoria. Pese a todo, allí arriba
aún quedaba nieve.
¿Te gustaba la comida alemana?
Me sentía como si fuera una cita romántica,
por extraño que parezca. El cañón se había
mantenido aislado de mucho más que de ese
vacío silbante.
No la podía soportar.
Ah.
Me dio la mano. No me voy a ningún lado,
Hig, dijo. ¿A dónde me iba a marchar?
483

