Page 486 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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claros entre los pinares que llevaban tanto tiempo
muertos. A un lado, Winter Park; al otro,
Nederland. Siempre volaba dejando dos mil pies
de margen, tan alto que alguna vez me quedaba
medio grogui, pero nunca tuve ningún problema.
Pero ahora… ahora sí que era algo muy serio.
¿Cómo iría? Me dirigí al punto bajo del paso, por
donde el antiguo camino para todoterrenos
cruzaba entre rocas y neveros, contemplé el
paisaje llano elevarse tras las crestas como
ocurre siempre que te asomas a él, lo contemplé
elevarse y desplegarse como uno de aquellos
estandartes de los desfiles de las Olimpiadas, y
luego lo vi, más allá del último contrafuerte de las
estribaciones: nuestro Erie, con su pista que
enseguida se hizo visible al sur de la torre de
radio que ya no parpadea, la cinta de asfalto
extendida como una alfombra roja solo para mí.
Estaba nervioso por volver a ver a Bangley, eso
era lo que me pasaba. Según mis cálculos,
llevaba fuera algo más de seis semanas.
Ya descendíamos por las últimas
estribaciones y dirigí a la Bestia hacia Erie
maniobrando de memoria. Enfilé hacia la
escarpadura de tierra que destacaba como una
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