Page 485 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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pesada barra de roble, con sus altos taburetes de


              madera  y  un  espejo  velado  aunque  intacto.


              Reflejaba la luz de la entrada como una poza en


              un  arroyo  justo  antes  de  caer  la  noche.  Cima


              titubeó  y  luego  fue  hasta  la  barra  y  se  quedó


              delante, mirando al gran espejo. Retrocedió unos


              pasos,  se  quedó  petrificada,  con  los  brazos


              abiertos, y me recordó a una niña que se hubiera



              olvidado  de  los  pasos  en  un  festival  de  danza.


              Que  se  hubiera  quedado  en  blanco.  O  a  una


              chica  de  rancho  en  un  bar  nuevo,  una  chica  de


              campo abrumada que no sabe qué pedir ni cómo.


              Se miró al espejo y se echó a llorar.




                     ¿Quién era ese barbudo fornido y harapiento


              que la abrazaba? ¿Eres tú, Hig? Pareces uno de


              aquellos  bisontes  con  sus  pelajes  de  invierno



              andrajosos  y  remendados.  Te  falta  un  diente.


              Pareces un jugador de hockey indigente.




                     No  lo  sabía.  Estaba  un  poco  nervioso  por


              pasar  los  últimos  montes.  Salvar  las  rocas,  que


              decían en el aeródromo como si fuera algo muy


              serio.  Yo  nunca  lo  vi  así.  Está  claro  que  había


              que volar alto, era la Divisoria Continental, y casi


              siempre había nieve, un sitio de mierda para que


              se te parase el motor: muy lejos de los primeros






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