Page 68 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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pero había pocos choques bóers/zulúes que pudiese
soportar leer o mantener en la cabeza. Así que fuera; esa
noche no iba a ir a un laager.
Los vickys no le aceptarían ni en un millón de años,
por supuesto. Casi todas las demás tribus se orientaban
por razas, como los parsis y otros. Los judíos no le
aceptarían a menos que se cortase un trozo de la polla y
aprendiese a leer una lengua completamente distinta, lo
que era mucho pedir porque todavía no había conseguido
aprender a leer en inglés. Había un montón de phyles
cenobíticas —tribus religiosas— que aceptaban a todas
las razas, pero la mayoría no eran demasiado poderosas
y no tenían representantes en los Territorios Cedidos.
Los mormones tenían representación y eran poderosos,
pero no estaba seguro de que le aceptasen con la rapidez
y seguridad que necesitaba. Luego quedaban las tribus
que la gente fabricaba de la nada —las phyles
sintéticas— pero la mayoría estaban basadas en alguna
habilidad común o en una extraña idea o ritual que no
podría aprender en media hora.
Finalmente, en algún momento hacia medianoche, pasó
al lado de un tipo con una extraña chaqueta gris y una
gorra con una estrella roja que intentaba repartir
pequeños libros rojos, y le llegó la inspiración: Sendero.
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