Page 65 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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—Síiii —dijo el tipo, que pareció muy sorprendido al
ver el rostro de Bud en la calle, y se distrajo de pronto
desagradablemente, moviendo la cabeza mirando a todos
lados.
—Deben de estar celebrando una convención o algo así
—teorizó Bud—. Le robé a uno la otra noche.
—Sí, lo sé —le dijo el amigo.
—¿Eh? ¿Cómo lo sabes?
—No están de convención, Bud. Todos esos ashantis,
excepto el primero, han venido a la ciudad a cazarte.
La parálisis atacó las cuerdas vocales de Bud, y se
sintió incapaz de concentrarse.
—Debo irme —le dijo el amigo, y se apartó de la
vecindad de Bud.
Durante las siguientes horas, Bud sintió como si todos
en la calle le vigilasen. Bud ciertamente los vigilaba,
buscando los trajes, las cintas de color. Pero vio a un
hombre con pantalones cortos y una camiseta: un negro
con pómulos altos, uno de los cuales estaba marcado con
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