Page 72 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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Los proyectiles se pegaron a la piel y la ropa y se
extendieron a los lados, soltando metros y metros de una
sustancia laminal sin peso que se pegó a sí misma y se
contrajo. Uno le acertó en la parte de atrás de la cabeza
y la sustancia le rodeó para retenerle. Era tan gruesa
como una burbuja de jabón, y podía ver bien a través de
ella —le sostenía uno de los párpados por lo que no podía
evitar ver— y todo ahora tenía el aspecto de arco iris
característico de las burbujas de colores. Todo el proceso
de empaquetado llevó quizá medio segundo, y luego Bud,
momificado en plástico, se cayó de boca. Uno de los
ashantis tuvo la amabilidad de agarrarlo. Lo
depositaron sobre la calle y lo pusieron de espaldas.
Alguien pinchó con la hoja de una navaja sobre la boca
de Bud para romper la película y que pudiese así respirar
de nuevo.
Varios ashantis se dedicaron a poner asas en el paquete,
dos cerca de los hombros y dos en los tobillos, mientras
el hombre de la caba desmontaba y se inclinaba sobre él.
El jinete tenía varias cicatrices prominentes en los
pómulos.
—Señor —dijo sonriendo—, le acuso de violar ciertos
artículos del Protocolo Económico Común, que detallaré
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