Page 208 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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–Hacen falta unos minutos para que suba el potencial –
explicó Oberdorffer, más a sí mismo que al marciano.
Se volvió a sentar y cogió el vaso de cerveza. Bebió un
sorbo y miró a la máquina, esperando que pasaran aquellos
minutos.
Eran aproximadamente las once y cinco, hora de Chicago,
de la noche del 19 de agosto, un miércoles.
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En la tarde del 19 de agosto de 1964, en Long Beach, Ca‐
lifornia, sobre las cuatro (lo que significaba que serían las
seis de la tarde en Chicago, es decir la hora en que Ober‐
dorffer llegaba a su casa, repleto de salchichas y sauer‐
kraut, dispuesto a empezar a trabajar en su supervibrador),
Margie Deveraux se detuvo en el umbral del despacho del
doctor Snyder y preguntó:
–¿Está ocupado, doctor?
–Nada de eso, Margie –dijo el doctor Snyder, que tenía
más trabajo del que podía hacer en una semana–. Pase y
siéntese.
Ella se sentó.
–Doctor –dijo un poco excitada–, por fin he tenido una
idea sobre el paradero de Luke.
–Espero que sea válida, Margie. Ya han pasado dos sema‐
nas.
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