Page 203 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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de Pete mostraba con claridad que estaba escuchando otra
cosa en lugar, o además, de lo que Oberdorffer le decía. En
esas ocasiones, Oberdorffer miraba a su alrededor y encon‐
traba a uno o a varios marcianos comprendiendo que le es‐
taban interrumpiendo a expensas de Pete, y por lo tanto le
mortificaban a él indirectamente.
Oberdorffer empezó a jugar con la idea de hacer algo
para resolver el problema de los marcianos. Pero no se de‐
cidió a ello hasta mediados de agosto. Porque a mediados
de agosto Pete desapareció de repente de la Bughouse
Square. Durante varios días Oberdorffer no pudo encon‐
trarle, y empezó a preguntar a los ocupantes de los otros
bancos –aquello a quienes había visto con bastante frecuen‐
cia para considerarlos clientes regulares del parque– para
saber que le había ocurrido a Pete. Al principio no recibió
más que movimientos negativos de cabeza y encogimien‐
tos de hombros; luego, un hombre con una barba gris em‐
pezó a explicarle algo, pero Oberdorffer dijo que era sordo
y le pasó el cuaderno y el lápiz. Ahí surgió una dificultad
momentánea, porque el de la barba resultó que no sabía
leer ni escribir; no obstante, entre los dos encontraron a un
intermediario que estaba lo bastante sereno como para po‐
der escuchar la historia del de la barba y traducirla en pa‐
labras escritas. Pete estaba en la cárcel.
Oberdorffer se apresuró a ir a la comisaría del distrito, y
después de algunas dificultades, ya que había muchos Pe‐
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