Page 153 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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clavadas de forma desapiadada a la piel, sin duda
atadas de forma subcutánea para que el quitarlas fuera
agónico. Imaginó la tortura de la inserción, una por
una. Cuando el rehecho se volvió lentamente hacia
Derkhan, Isaac pudo ver el feo cuajo de carne
endurecida de la espalda, donde las alas, arrancadas a
algún águila ratonera o un buitre, habían sido selladas
a los músculos humanos.
Las terminaciones nerviosas se habían unido
inútilmente de forma aleatoria, y las alas solo se
movían con los espasmos de una muerte largamente
aplazada. Isaac arrugó la nariz ante el hedor. Las alas
se descomponían poco a poco en la espalda del
rehecho.
— ¿Te duelen? —preguntó Derkhan.
— Ya no demasiado, señorita —respondió la
criatura—. De todos modos, tengo suerte de tener esto.
—Señaló la tienda y los barrotes—. Me da de comer.
Por eso me sentiría más que agradecido si no le dijeran
al jefe que me han descubierto.
¿Habrán aceptado de verdad esta asquerosa charada la
mayoría de los que han entrado aquí?, se preguntó Isaac.
¿Hay gente tan crédula como para creer que algo tan grotesco
haya podido volar alguna vez?
—No diremos nada —respondió Derkhan. Isaac
asintió con rapidez. Estaba lleno de lástima, ira y
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