Page 154 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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desagrado. Quería marcharse.
Tras ellos, la cortina se abrió para dar paso a un
grupo de jovencitas, riendo y susurrándose chistes
obscenos. El rehecho miró por encima del hombro de
Derkhan.
— ¡Ah! —dijo en voz alta—. ¡Visitantes de la extraña
ciudad! ¡Vengan, siéntense a oír historias del cruel
desierto! ¡Quédense un rato con un viajero de muy,
muy lejos!
Se alejó de Derkhan e Isaac, mirándolos con ojos
suplicantes. Las nuevas espectadoras profirieron gritos
encantados y asombrados.
— ¡Vuela para nosotras! —chilló una.
— ¡Ay! —oyeron Isaac y Derkhan mientras
abandonaban la tienda—, me temo que el clima de
vuestra ciudad es demasiado inclemente para los míos.
He cogido frío y de momento no puedo volar. Pero
acercaos y os hablaré sobre las vistas desde los cielos
despejados del Cymek...
El paño se cerró tras ellos emborronando el discurso.
Isaac contempló a Derkhan tomando notas.
— ¿Qué vas a decir sobre esto? —preguntó.
—«Rehecho convertido por tortura de los
magistrados en monstruo de feria». No diré cuál —
respondió sin levantar la vista de la libreta. Isaac
asintió.
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