Page 156 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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volviera a hablar.

                —  ¿De  verdad  vas  a  escribir  sobre  ese  sitio  en  el

            Renegado Rampante?


                Derkhan  se  encogió  de  hombros  y  miró  alrededor

            para asegurarse de que nadie los oyera.

                —Hablar sobre los rehechos es un trabajo difícil —


            dijo—.  Hay  demasiado  desprecio  y  prejuicios  contra

            ellos. Divide y vencerás. Tratar de unir, de modo que


            la gente no... no los juzgue como monstruos... es muy

            difícil.  Y  no  es  que  no  se  sepa  que  sus  vidas  son

            espantosas en su mayoría... es que hay un montón de


            gente que no deja de pensar que se lo merecen, aunque

            se  apiaden  de  ellos,  o  que  piensa  que  es  un  castigo


            divino, o alguna gilipollez así. Oh, por el esputo divino

            —dijo de repente, sacudiendo la cabeza.

                — ¿Qué?


                —El  otro  día  estuve  en  los  tribunales  y  vi  a  un

            magistrado  sentenciar  a  una  mujer  a  reconstrucción.

            Era un crimen tan sórdido, tan patético, tan miserable...


            —se encogió al recordarlo—. Una mujer que vivía en lo

            alto  de  uno  de  los  monolitos  de  Queche  mató  a  su

            bebé...  ahogándolo,  o  sacudiéndolo,  o  Jabber  sabe


            cómo... porque no dejaba de llorar. Estaba allí sentada

            en  el  juicio,  con  los  ojos...  bueno,  vacíos...  No  podía


            creer  lo  que  había  sucedido  y  gemía  sin  parar  el

            nombre de su hijo, y el magistrado la sentenció. Prisión,




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