Page 215 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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grúas  que  cargaban  y  descargaban  constantemente

            moviéndose  como  inmensos  pájaros  hambrientos.

            Enjambres  de  falúas  y  remolcadores  llevaban  las


            mercancías transferidas río arriba hasta el Meandro de

            las  Nieblas  y  Gran  Aduja,  así  como  a  las  peligrosas

            industrias               de         Ensenada;               transportaban                   los


            contenedores por los canales de Nueva Crobuzon hasta

            alcanzarlas  franquicias  menores  y  los  talleres  menos


            afortunados  y  encontraban  su  camino  a  través  del

            laberinto como ratas de laboratorio.

                La arcilla de Arboleda y Ecomir era horadada por


            formidables  embarcaderos  cuadrados  y  represas,

            vastos  callejones  de  agua  sin  salida  que  trataban  de


            invadir la ciudad, unidos al río por profundos canales

            atestados de barcos.

                Una vez se había intentado replicar los muelles de


            Arboleda  en  Malado,  y  Derkhan  había  visto  lo  que

            quedaba  de  aquello:  tres  colosales  y  hediondas

            avenidas de fango purulento, sus superficies rotas por


            restos medio hundidos y vigas retorcidas.

                El  traqueteo  de  las  vías  bajo  las  ruedas  de  hierro

            cambió de repente cuando el motor de vapor llevó a


            sus protegidos sobre las grandes cerchas del Puente de

            la Cebada. Se tambaleó un poco de un lado a otro y


            frenó  sobre  las  vías  mal  mantenidas  mientras  se

            elevaba con disgusto sobre la Perrera.




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