Page 220 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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de la Perrera.
Las paredes a su alrededor se sellaron de repente
sobre su cabeza al pasar bajo los puentes desvencijados
y los cuartos tambaleantes construidos como parte de
la basura circundante. El aire en su sombra goteaba y
crujía ominoso. De su espalda llegó un tosido, y
Derkhan sintió una bocanada de aire en el cuello
cuando un draco realizó un picado acrobático en el
corto túnel y se elevó de nuevo hacia los cielos,
cacareando enloquecido. Derkhan se apartó como
pudo y se echó contra la pared y sumó su voz al coro
indignado que el draco dejaba a su paso.
La arquitectura a su alrededor parecía gobernada
por reglas muy distintas a las del resto de la ciudad.
Allí no había sentido funcional alguno. La Perrera
parecía nacida de conflictos en los que sus habitantes
no pintaban nada. Los nudos y celdas de ladrillo,
madera y hormigón ennegrecido se habían rebelado y
extendido como tumores malignos.
Derkhan tomó un mohoso callejón sin salida y miró
a su alrededor. Un caballo rehecho esperaba en el otro
extremo, sus patas traseras enormes martillos movidos
por pistones. Tras él había un carro cubierto junto a la
pared. Cualquiera de las figuras de mirada muerta
podía ser un informador de la milicia, un riesgo que
tenía que asumir.
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