Page 264 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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como si de un deporte se tratara. Moraban en una
economía alternativa de caza y trueque, forrajeando en
el Bosque Turbio y rateando.
Su política era brutal, pero totalmente comprensible.
Y ahora había reventado cualquier posible relación
con ellos. Levantó la vista de los dibujos, heliotipos y
diagramas que había realizado. Como ayer, pensó. El
acercamiento directo no funciona. Estaba en la pista correcta
desde el principio. Esto no va sobre aerodinámica, ese no es
el camino... Los graznidos de sus cautivos invadieron
sus pensamientos.
—¡Basta! —gritó de repente. Se incorporó y observó
a los animales atrapados, como si les retara a proseguir
con sus ruidos. Lo que, por supuesto, hicieron—.
¡Basta! —gritó de nuevo, acercándose a la primera
jaula. La bandada de palomas en su interior comenzó a
volar alocada de un lado a otro mientras Isaac las
llevaba hacia las grandes ventanas. Dejó la caja
encarada con el vidrio y fue a por otra, dentro de la cual
una vivida serpiente libélula ondulaba como un
crótalo. Esta la situó sobre la primera. Después tomó
una jaula de gasa para mosquitos, y otra de abejas, y
repitió la operación. Despertó a los ariscos murciélagos
y aspis que dormitaban al sol y los llevó hacia la
ventana que daba al Cancro.
Transportó la jauría restante a aquel montón. Los
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