Page 266 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
P. 266
confusas. Para muchas, habían pasado semanas desde
la última vez que volaran. Se habían alimentado mal y
estaban aburridas y asustadas. No comprendían aquel
repentino escaparate de libertad, el ocaso, el olor del
aire ante ellas. Pero, tras aquellos largos momentos, el
primero de los cautivos rompió sus cadenas.
Era un búho.
Se arrojó por la ventana abierta y voló hacia el este,
donde el cielo era más oscuro, hacia las tierras boscosas
de la Bahía de Hierro. Planeó entre las costillas,
moviendo apenas las alas.
Aquella fuga fue una señal. Se produjo una tormenta
de alas.
Azores, polillas, murciélagos, tábanos, aspis,
periquitos, escarabajos, urracas, criaturas de los altos
cielos, pequeños planeadores de superficie, seres de la
noche, del día y del crepúsculo escaparon por la
ventana de Isaac en una resplandeciente explosión de
camuflaje y color. El sol se había ocultado al otro lado
del almacén. La única luz que capturaba la nube de
alas, pelaje y quitina era la de las farolas, y los jirones
de sol reflejados en el sucio río.
Isaac bebió la gloria del espectáculo, exhaló como si
se tratara de una obra de arte. Durante un instante miró
alrededor en busca de una cámara, pero abandonó la
idea y se limitó a contemplar.
266

