Page 409 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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esperando a que Lublamai se marchara. Echó un
vistazo por la barandilla y lo vio trazando diagramas
en papel milimetrado. No tenía mucha pinta de estar a
punto de marcharse, y se cansó de esperar.
Se acercó a la misma de metal y vidrio que ocupaba
el suelo y se acuclilló lentamente junto a la entrada de
información de la máquina de crisis, a la izquierda. El
circuito de maquinaria y tubos describía un círculo
zigzagueante por todo el lugar y culminó en la
campana llena de queso junto a su mano derecha.
Sostuvo en una mano un tubo de metal doblado cuyo
extremo estaba conectado a la caldera de su
laboratorio, al otro extremo de la estancia. Estaba
nervioso, emocionado. Lo más silenciosamente que
pudo, conectó el tubo a la entrada de potencia de la
máquina de crisis. Liberó su presa y sintió el vapor
llenando el motor. Se produjo un zumbido siseante y
un traqueteo. Se arrodilló y copió sus fórmulas
matemáticas con las teclas de entrada. Después
introdujo rápidamente cuatro tarjetas de programas en
la unidad y sintió las pequeñas ruedas girando y
mordiendo, vio el polvo alzarse al aumentar las
vibraciones de la máquina.
Murmuró para sí y aguardó expectante.
Se sentía como si pudiera percibir el poder y el paso
de los datos a través de las sinapsis, de los varios nudos
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