Page 410 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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del motor desmembrado. Sentía como si el vapor
recorriera sus propias venas y convirtiera su corazón
en un pistón martilleante. Encendió tres grandes
interruptores en la unidad y oyó cómo todo el sistema
se calentaba.
El aire zumbaba.
Durante eternos segundos no pasó nada. Entonces,
en la sucia campana, el trozo de queso comenzó a
temblar.
Isaac observó y quiso gritar su triunfo. Giró un dial
ciento ochenta grados y el trozo se movió un poco más.
Provoquemos una crisis, pensó Isaac, tirando de la
palanca que completaba el circuito y que llevaba la
campana de vidrio bajo la atención de las máquinas
sensoriales.
Isaac había adaptado la campana, cortando la parte
superior y cambiándola por un émbolo. Se acercó a este
y comenzó a apretarlo, de modo que el fondo abrasivo
se moviera lentamente hacia el queso, que se
encontraba amenazado. Si el émbolo completaba su
movimiento, el queso quedaría completamente
aplastado.
Mientras apretaba con la mano derecha, con la
izquierda ajustaba los potenciómetros y diales en
respuesta a los indicadores de presión. Observó las
agujas brincar arriba y abajo, ajustándose como
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