Page 411 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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respuesta a la corriente taumatúrgica.

                —Vamos, cabrón hijo de puta —susurró—. ¿Lo ves?

            ¿Eh? ¿Puedes sentirlo? Aquí viene la crisis...


                El  extremo  del  émbolo  se  acercaba  sádico  hacia  el

            queso. La presión de las tuberías aumentaba de forma

            peligrosa, e Isaac siseó frustrado. Frenó el ritmo con el


            que amenazaba al alimento, desplazando inexorable el

            émbolo hacia abajo. Si la máquina de crisis fracasaba y


            el queso no mostraba los efectos que había intentado

            programar, Isaac lo aplastaría de todos modos. La crisis

            estaba relacionada con la potencialidad. Si no tenía la


            intención genuina de aplastar su objetivo, no estaría en

            crisis. No era posible engañar a un campo ontológico.


                Y  entonces,  cuando  el  gemido  del  vapor  y  los

            pistones  se  hizo  incómodo,  cuando  los  bordes  de  la

            sombra del émbolo se afilaban al llegar a la base de la


            campana, el queso explotó. Se produjo un chasquido

            líquido  cuando  el  trozo  reventó  con  velocidad  y

            violencia,  salpicando  el  interior  del  recipiente  con


            migas y aceite.

                Lublamai gritó, preguntando en nombre de Jabber

            qué  era  eso,  pero  Isaac  no  lo  advirtió.  Estaba


            observando  boquiabierto,  trastornado,  el  queso

            destruido.  Entonces  prorrumpió  en  risas  de


            incredulidad y felicidad.

                —  ¿Isaac?  ¿Qué  coño  estás  haciendo?  —repitió




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