Page 427 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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resudaban no era de su agrado. Pero esa inquietud
pugnó con la profunda simpatía codificada hacia los
suyos, cuyo sabor se hizo más fuerte, mucho más
fuerte, a la sombra del gran esqueleto.
Probó a descender. Se acercó tanteando, desde el
norte y el este. Volaba bajo y rápido, por debajo de los
raíles elevados que se extendían desde la torre de la
milicia de la Colina Mog, hacia la de Chnum. Seguía a
un tren de la línea Dexter que se dirigía al este,
planeando bajo sus repugnantes termales. Después
trazó un largo arco alrededor de la torre de la Colina
Mog y sobre el extremo septentrional de la zona
industrial de Ecomir. Descendió hacia el tren elevado
del Barrio Oseo, apretando los dientes ante la
influencia de las Costillas, pero arrastrado hacia el
sabor de sus congéneres.
Volaba de un tejado a otro, colgando su lengua
obscena mientras los rastreaba. A veces, las corrientes
provocadas por sus alas hacían que un viandante
alzara la cabeza, pues los sombreros y papeles volaban
por las calles desiertas. Si veían la forma oscura que
acechaba un instante sobre ellos antes de desaparecer,
sentían un escalofrío y se apresuraban, o fruncían el
ceño y negaban lo que habían visto.
El ser dejó que su lengua colgara mientras tanteaba
con cuidado el aire. La usaba como hacía un perro de
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