Page 425 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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se alzaba sobre el hombro occidental de la estación de
Perdido.
El ser volador reparó en las cápsulas que recorrían
los raíles. Flotó unos instantes, fascinado por el
traqueteo de los trenes que se extendían desde la
estación, aquella monstruosa enormidad
arquitectónica.
Se sentía atraída por las vibraciones de un centenar
de registros y llaves, pues las fuerzas, las emociones y
los sueños se derramaban y amplificaban en las
cámaras de ladrillo de la estación, hasta salir
proyectados hacia el resto de la ciudad. Era un masivo
e invisible rastro suculento.
Los primeros pájaros nocturnos se alejaban violentos
de aquel ser extraño que batía sus alas hacia el corazón
podrido de la ciudad. Los dracos en medio de sus
recados veían su silueta incomprensible y cambiaban
de dirección, profiriendo obscenidades y maldiciones.
Las grandes grúas y los zánganos zumbaban al
avisarse los dirigibles unos a otros mediante bocinazos
y se deslizaban lentamente entre la conurbación y el
cielo, como gruesos lucios. La criatura aleteaba a su
lado mientras los artefactos viraban, invisible para
todos salvo para el ingeniero ocasional que no
informaría de su descubrimiento, sino que trazaría un
signo religioso y pediría protección a Solenton.
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